Qué poca memoria....

Durante días hemos estado inmersos en un episodio de tiempo meteorológico inestable algo que es totalmente habitual en los periodos invernales en nuestras islas.

En Canarias es normal pasar de años con otoños e inviernos lluviosos a años sin que caiga ni una gota, sobre todo, en los sures, oestes  e islas más orientales.

Tenemos la mala costumbre de perder con suma facilidad la memoria y cada vez que nos llegan lluvias, vientos, mala mar, tormentas, nevadas,..., comentamos que, como ésta última, ninguna. 




La meteo es un tema recurrente del día a día, como lo puede ser el fútbol o la política, y del que todos opinamos normalmente a la ligera, sin tener conocimiento. Llevándolo a un extremo hay muy pocos físicos del aire y muchos forofos cabañuelistas.

Nos olvidamos de los registros de precipitación, de la velocidad de las rachas del viento, de las alturas de las olas,  de los espesores de nieve, de las granizadas en cotas bajas,...,  de anteriores borrascas.

Normalmente las personas vinculadas a tareas rurales, ( y de edad avanzada),  controlan y ponderan mucho mejor cualquier referencia a episodios de mal tiempo (para ellos, sin ser el viento fuerte, se trata de "buen tiempo").  El grado de dependencia de las personas que viven de la agricultura con el clima que les afecta hace que sean unos "expertos" y, algunos de ellos, verdaderos conocedores de las señales que proporciona la naturaleza y que hace que su fiabilidad en los pronósticos del tiempo sea igual o mayor que la del mejor satélite de la Nasa.

¿Se acuerdan del 28 de Noviembre de 2005?  En Canarias recibimos la visita de la tormenta tropical Delta con sus vientos huracanados. Digamos que éste fue un episodio excepcional y que no es propio de nuestras latitudes aunque referencias históricas que respaldan que en el pasado nos pudieron afectar situaciones similares. 

Lo que si es habitual en el clima de Canarias es la presencia casi todos los inviernos de situaciones de bajas presiones en el área de las Azores con frentes que entran por el oeste del archipiélago.  Gracias a ellas nuestros sures y oestes reciben unas ansiadas lluvias.

Mi memoria no es mi fuerte pero recuerdo perfectamente grandes temporales en la década de los 80, de los 90 y, por supuesto, del siglo XXI.  

Recuerdo granizadas en Santa Cruz de la Palma a nivel de mar y de llegar a coger pedazos de hielo de los dinteles de las ventanas y de las planchas de la bocapatio de casa.  
Recuerdo ver un rallye nocturno en Tigalate (Mazo), y no poder salir del coche por el vendaval y la lluvia (y el rallye no se suspendía).
Recuerdo una granizada brutal en La Laguna (Tenerife), y salir a celebrarlo por la Avenida Trinidad.
Recuerdo ir al Roque de los Muchachos y tener problemas para circular por la carretera helada, con los taludes llenos de dos metros de nieve (más alto que uno), y apoyarte en ellos para poder girar el coche, bajarse a empujar, por la zona de los andenes...
Recuerdo venir en el barco desde los Cristianos y, después de varios intentos para entrar al puerto de Santa Cruz de La Palma, chocar con la punta del muelle (mareado como piojos, vaya susto !!!), pero pudimos entrar.. a pesar del viento calderetero.
Recuerdo inundaciones en la calle trasera y en la zona del césped al lado de mi casa en Santa Cruz de La Palma, por lluvias intensas...
Recuerdo quedarnos atrapados, junto a un montón de coches, cerca del Refugio de El Pilar por la nevada tan grande caída... (algo parecido a cuando suben en Gran Canaria a Tejeda cuando les nieva).
Recuerdo ver meterse el mar en las casas de El Remo...
Recuerdo dos granizadas (que no nevadas), en la carretera de la Cumbre y en la carretera de El Paso, con retenciones de horas y bajarnos de los coches para disfrutar de la "nieve"...
Recuerdo ver cascadas por riscos y morros, acantilados, muros y escaleras..., y siempre el agua buscando el mar...
Recuerdo ver fincas de plátanos arrasadas, invernaderos voladores, muros caídos, aguacates en el suelo, pinos partidos, ramas en las carreteras, piedras volando (al pasar la cumbre en el Delta -aquí pasé miedo de veras),...
Recuerdo despertarme una llamada de teléfono de madrugada y mi padre tener que ir a retirar el coche del terreno ganado al mar en la avenida marítima de Santa Cruz de La Palma...
Recuerdo días y días seguidos de lluvia serena y mansa por el Valle de Aridane...
Recuerdo días de calima que no permitían ver ni a cien metros, ni respirar con normalidad,...
Recuerdo muchas horas de espera en los aeropuertos de Mazo y de los Rodeos por inclemencias meteorológicas...
Recuerdo crecidas de los barrancos con aguas enfurecidas que se llevaban todo a su paso..
Recuerdo los flash de los rayos y el retumbar de los truenos...
Recuerdo nuestra eterna primavera la mayor parte de los 365 días del año...



Prevenir antes que curar...

Por un lado nos encontramos con la predicción meteorológica y las alertas y avisos que dan los organismos oficiales y la agencia estatal de meteorología (Aemet). Canarias y sus microclimas. Y dentro de cada isla más microclimas. Partiendo de que la meteorología no es una ciencia exacta en Canarias sólo contamos con un radar meteorológico situado en Gran Canaria y esperamos, como agua de Mayo, la instalación de un segundo radar en Teno que permita ver el oeste palmero apantallado por el Teide.

Nos hemos acostumbrado a que desde la Aemet nos pongan los avisos amarillos, naranjas o rojos, y que luego las probabilidades y umbrales descritos ni por asomo se cumplan, (alguna vez aciertan). 



Los sistemas de Protección Civil de cada Comunidad Autónoma o a nivel Estatal según la gravedad de la situación son los que decretan o declaran las situaciones de Prealerta o Alerta, o utilizan un sistema parecido de colores, dependiendo del Plan de Protección Civil que tengan establecido.

En el caso de Canarias es la Dirección General de Seguridad y Emergencias (DGSE), a través del Centro de Coordinación de Emergencias y Seguridad (CECOES 1-1-2) la que tiene asumidas las competencias para la activación del Plan Específico de Protección Civil y Atención de Emergencias de la Comunidad Autónoma de Canarias por Riesgos de Fenómenos Meteorológicos Adversos (PEFMA), mediante el cual se decreta una situación de prealerta o alerta en base a ciertos criterios de afección o inminencia del Fenómeno Meteorológico Adverso.

El Pefma consta de varias fases.  La fase de Prealerta y la más común, cuyo objetivo es poner en guardia a las autoridades y servicios implicados en el dispositivo de protección civil, la cual engloba a su vez tres situaciones diferentes: 
Prealerta, que suele declararse normalmente cuando la Aemet emite un aviso de color amarillo; alerta, cuando se emite un aviso de color naranja y Alerta Máxima, cuando se emite un aviso de color rojo 
En la fase de Alerta se activa porque los  Fenómenos Meteorológicos Adversos son inminentes o severos, o cuando hay evidencia de servicios básicos afectados que obligan a poner en marcha acciones para su reestablecimiento.

Generalmente la activación del Pefma y la emisión de los correspondientes decretos de prealerta o alerta se basan en la predicción de la Aemet, pero también teniendo en cuenta otras colaboraciones profesionales y Servicios, como pueden ser los datos a tiempo real de afección en el territorio recibidos en el Teléfono único de atención a Emergencias de la Comunidad Europea (1-1-2) a través de las llamadas de Emergencia realizadas por la población o por la información de los grupos intervinientes en el territorio afectado por el Fenómeno Meteorológico Adverso.


Para Canarias se han establecido unos valores umbrales en función de la intensidad del fenómeno meteorológico adverso a partir de las cuales se considera que existe la posibilidad de que se produzcan daños a personas y a bienes materiales.

 



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