Transvulcania 2018
Me atrevo a escribir, una vez ya bien digerida y reposada, de la Transvulcania 2018. Llevo años haciéndolo y ahora no voy a dejar de cumplir con mi propia tradición aunque reconozco que este año, antes de poner negro sobre blanco, me lo he pensado más.
Galería de imágenes de Transvulcania 2018
Como todas las "Transvulcanias", cualquier tema, por pequeño que sea, que afecte a esta prueba se magnifica hasta puntos insospechados. Me repito en mi pensamiento de que los palmeros somos pocos y mal avenidos, con lo nuestro, y los nuestros. Sabemos que este evento sobrepasa nuestras fronteras insulares y llega su eco allende de los mares... Qué organizarlo cuesta lo suyo y no sólo económicamente, qué la parte logística es compleja y que su difusión es permanente todo el año, qué cualquier variación en la prueba tendrá partidarios y detractores, que lo que para mi puede ser bueno para ti puede ser malo... Así que voy con mi opinión...
En lo estrictamente deportivo la #Transvulcania18 generaba dudas en cuanto a la calidad de la participación. Los 3.600 inscritos de 60 y pico nacionalidades estaban garantizados pero las estrellas de trail tenían que elegir entre el mundial de la especialidad en Penyagolosa, (para más inri también en España), Castellón, la propia Transvulcania o descartar ambas por retos posteriores o por lesiones.
Estas dudas se vieron poco a poco disipadas por el incesante anuncio en redes sociales de los cabezas de cartel de la Transvulcania. El mundial contaba con muchas selecciones nacionales con plazas fijas desde hacía tiempo y con plazas de última hora decididas por méritos deportivos, como en el caso de la escuadra española. La propia España era el país con una representación de mayor nivel refrendando los títulos de ediciones anteriores. Con un descomunal Luis Alberto Hernando (mejor corredor de montaña de los últimos años del planeta running), con un inteligente planteamiento de carrera de "nuestro" gomero Cristofer Clemente, y con un séquito de lujo con Pablo Villa y Villalobos, "nuestro" Efrén,... no había ninguna otra selección con potencial similar a la española, más aún con las numerosas bajas de última hora por lesiones en otras selecciones punteras como la francesa..., por ejemplo.
Todas estas piezas de renombre faltaron en el puzzle que conformaba Transvulcania pero la prueba palmera fue capaz de captar a corredores de caché mundialista que antepusieron correr en La Palma a disputar el mundial... En conclusión ambas pruebas salieron perdiendo. El problema parece continuar ya que, muy posiblemente, el año que viene volverá a pasar lo mismo y cada "federación internacional" estará más interesada en poner la zancadilla a la otra y no en que progrese este deporte y quienes lo practican a alto nivel...
La fuerza de Transvulcania radica en el corredor "anónimo" que quiere vivir una experiencia única y singular. Por sus gentes, por sus paisajes, por su dureza y por su belleza... Sólo hay que ver las crónicas personales de muchos de ellos tras disputar la prueba para darse cuenta que es mucho más que una carrera.
Este año quería volver a subir a Las Deseadas, a mitad del recorrido de la Ruta de los Volcanes, y poder contemplar el amanecer desde la cumbre (algo que al menos una vez en la vida hay que hacer). Embullé a Vane (mi compañera del día a día), a que viviera una Transvulcania conmigo y aceptó (gracias a que pudimos colocar a los niños). Espero que en 2019 repita...
El Miércoles previo al kilómetro Vertical probé a subir a media tarde a las Deseadas por la pista del Cabrito y la pista de Cosme ( o Don Cosme, no sé). Con mi Qashqai, tracción delantera, no tenía claro poder llegar a los 1.800 metros de altitud del collado de las Deseadas por una pista de tierra bastante rota y con mucha piedra suelta. Si no lo intentas no lo sabes, me dije. Y con calmita, bien despacito, fui subiendo para no hacer pupa el coche. Hubo un par de tramos malos donde la tracción brillaba por su ausencia pero el Nissan se portó y llegamos al punto "deseado". Eran las seis y media de la tarde, un cielo azul espectacular, 12ºC y una tranquilidad, una paz, que invitaba a cerrar los ojos y respirar el aire puro... Momento relax total.. Aproveche a hacer algunas fotos, no muchas y caminar un poco el sendero (no iba con el calzado adecuado). A la media hora decidí bajar de regreso tras no a ver visto a nadie por esos lares (es raro no encontrarse con un turista haciendo trecking). Momentos así habría que tener más a menudo iba pensando mientras conducía...
Ya el Jueves por la tarde me dirigí a disfrutar del Binter Kilómetro Vertical junto a mi suegro. Siempre me gusta ver la prueba del mirador del Time hacia arriba, dirección a la meta en la Torre. Esta vez aparqué en la cajita de Minaderos y desde ahí caminamos por una pista abandonada hasta el sendero de la prueba. Una vez allí no me convencía la vista para hacer las fotos y comenzamos a subir por el sendero y fue todo un acierto. Llegamos a una zona empinada de verdad dónde más que correr había que escalar. Nos gustó y tocaba esperar a los primeros corredores que ya en ese momento habían tomado la salida.
La vertical me gustó más este año. Supongo que por el sitio que conseguí para verla y porque también había más participantes que en otras ediciones. La tarde, en lo climatológico, comenzó muy agradable pero rápidamente se metió una bruma que no permitía ver el Valle de Aridane, ni el mar , ni el cielo... La sensación de frío iba calando la piel y para colmo antes de terminar de pasar los últimos corredores nos comenzó a llover con ganas... Decidimos bajar por el sendero que utiliza el recorrido de la Transvulcania de la Torre del Time hasta el Mirador, porque la bajada del sendero de la vertical estaba peligroso para un patoso como yo, y lo más importante, con la Nikon en la mano... Cuando me enteré de los vencedores no pensé que hubiesen sido ellos... me dio la sensación que otros runners subían más rápido por la pared empinada en la que estábamos... Es difícil saberlo sin mirar el crono y pendiente de hacer la mejor afoto. La bajada hasta el coche se hizo larga y resbaladiza por la lluvia... Ya sólo pensando en la madrugá del Sábado para volver a subir a Cumbre Vieja.
Son las 3:30 horas del Sábado y el despertador toca diana... Ducha y café rápido, coger todos los bártulos de afotar, de comer, de poner (ropa),... Carretera y manta. Primera parada recoger a mi padre y seguir hacia el Refugio de El Pilar hasta llegar a la pista del Cabrito ya al este de la isla. Allí quedamos con mi cuñado para hacer trasvase de vehículo y poder subir a las Deseadas en 4x4. (más seguro que mi Qashqai sobre todo tras pasar muchos vehículos de la organización horas antes para montar el avituallamiento y el resto de despliegue de medios de seguridad, sanitarios,...). Llegamos primero al cruce y nos recibe una espesa niebla y un chipi chipi que nada bueno presagiaba.. Jose (cuñado), se pasa de largo en la rotonda y es que no se veía ni a un palmo de narices... Cambiamos de montura y los cuatro nos dirigimos a las alturas deseadas...
Llegamos rápido, antes de las 6:00 horas y, por tanto, antes de que los corredores de la ultra tomaran la salida en el Faro de Fuencaliente. Al aparcar el coche ya nos dimos cuenta que las copas de los pinos se movían más de la cuenta. Intentamos bajar y no pasaron 5 segundos ya estábamos de nuevo dentro del jeep. El frío cortaba y el viento era intenso... Aprovechamos a picar "alguito" para estar fuertitos al salir de nuevo. Desde el coche contemplábamos calentitos como las pasaban canutas en el avituallamiento líquido para poner las carpas, mesas, bebidas,..., una odisea. El termómetro marcaba 3ºC y sólo verlo ya daba frío...
Cuando vemos que están apunto de asomar los primeros rayos de luz decidimos ser valientes y subir del collado al pico de las Deseadas por el sendero de la prueba y de la Ruta de los Volcanes. Con linternas, frontales, cámaras, mochilas y bien abrigados (nos hubiera hecho falta aún más abrigo), comenzamos a subir y a sufrir los embates del viento. A mitad se subida y cuando ya dejamos la protección de los pinos se divisa el amanecer con el Teide al fondo. Lograr hacer una foto es misión imposible porque no hay manera de cuadrarse y estarse quieto para disparar... Se hizo lo que se pudo...
Cuando llegamos a la cima sólo estaba el responsable de AEA. Sin un hueco donde esconderse, ni un árbol que amortigüase el vendaval, no fue una espera nada cómoda... Gracias a un licorcito que llevó papá y que calentó nuestros espíritus, que rico estaba. Nos movíamos con dificultad y para acceder a la antena (punto más alto en el hito de las Deseadas), nos las deseamos... pero la vista de los volcanes, el mar de nubes, los rayos de sol, la Caldera al fondo, el valle de Aridane al Oeste,.. era impagable y compensaba el esfuerzo realizado.
Ufff y los corredores, ¿están tardando?, nos decíamos entre nosotros. A esta hora (7:40 h), ya estaban asomando en otras ocasiones... Sabíamos que iban a acumular retraso con respecto a otras ediciones porque el viento no les permitía avanzar con normalidad. Muchos gastaron fuerzas de más que luego hubieran necesitado para terminar mejor la prueba.
Ya con el día claro nos juntamos 7 personas en el pico... Llegaron dos intrépidos corredores que este año veían la prueba desde la barrera (uno desde el Tión y otro, madrileño, desde el Refugio de El Pilar). Justo antes de divisar a los primeros corredores por las coladas negras antes del avituallamiento (ya sin carpas por las rachas de viento huracanadas), apareció Nagi, fotógrafo japonés en gran forma física y con una sonrisa perenne en su cara, al que había conocido en el km Vertical el año pasado, y que venía también desde el Refugio.
Por fin se acercan los primeros espadas..., en la subida se une la dureza del desnivel y las pisadas sobre el picón a las fortísimas rachas de viento que por momentos zarandean a los corredores... Además, el viento aumenta la sensación del intenso frío, y lanza la arena como pequeños misiles en los ojos y en la piel descubierta de los corredores... dantesco !. Para afotar no eran las mejores condiciones ya que muchos primeros planos no me servían al salir los ojos cerrados...
Cody Reed pasaba en cabeza para continuar con la tradición de los runners norteamericanos que salen a saco desde los primeros metros y que, menos en la edición del pasado año con Tim Freriks, nunca les dio resultado al llegar a la meta de los Llanos.
A partir de aquí un rosario de cientos y cientos de corredores..., gritos y fotos sin parar, ellos gastando muchas fuerzas pero la mayoría con una sonrisa en el rostro e incluso dándonos las gracias por subir hasta allí para verlos y animarlos.... increíbles. Llega un momento que ya no siento frío y hasta me olvido del viento, la marea humana te hipnotiza y sólo te concentras en el visor y en captar la mejor imagen posible...
Comenzamos a descender hacia el avituallamiento sin dejar de afotar en ningún momento y buscando distintos encuadres que haga que las fotos no sean monótonas y repetitivas (lo cual no es fácil).
Al llegar al collado me doy cuenta que dos chicos de la Cruz Roja sostienen a un corredor que no puede apoyar una pierna... Me acerco y le pregunto que le ha pasado y me dice que se ha roto, la cara de sufrimiento lo dice todo...
Nos vamos para el coche como tiros para seguir la prueba en otro punto del recorrido y aún quedan por pasar muchísimos corredores a los que no pudimos animar ni afotar... Una pena... al poco de bajar por la pista... Pufffff, pinchazo... (ya me pasó en la Transvulcania Bike, sólo que allí iba sólo). Gracias a Jose se cambió la rueda en un periquete y ya que estábamos parados y eran más de las 10:00 h. decidimos hacer la parada técnica para reponer fuerzas con bocatas y un vasito de vino...
Gracias al retraso que llevaba la cabeza de carrera nos dio tiempo a llegar al Puerto de Tazacorte antes que ellos... Aquí era el calor y el solajero lo que predominaba por lo que el cambio de meteo fue radical. Lo mismo pensarían los corredores. Subimos un poquito el sendero de El Time buscando poder hacer unas fotos decentes y a la vez buscando algo de sombra. A los pocos minutos por la megafonía anuncian que el primer corredor aparece en la parte alta del sendero y esperamos con ansia a ver quien es el afortunado... Cuando llega a nuestra altura va sin cadena..., no puedo verle el dorsal, miro las fotos hechas en la cámara y vualá ! Pere Aurell es el lider, menuda sorpresa, fue mi primera reacción... Luego pasa Dimitry, el ruso, saltando al estilo de una cabra montesa y el tercero era un francés al cual no tenía el placer de conocer ni por referencias (Thibaut Garrivier)... Los americanos a continuación ya mezclados con otros muchos corredores de nivel destacados. Estanislao Rivero es el primer canario
en pasar y antes de aparecer Ida Nilsson me desgañito al ver al bueno de Samu Fernández bajando con una sonrisa de oreja a oreja. Primer palmero de la ultramaratón y el mejor momento de la edición 2018 de Transvulcania. Casi no atino a afotarlo de la emoción y de los gritos pero alguna le pude sacar...
Después de un tiempo largo y ver pasar a los primeros de la maratón fuimos a reponer fuerzas... De ahí de vuelta al barranco de las Angustias a una de las zonas estrechas con una formación geológica peculiar. El goteo de corredores es incesante y el cansancio de la mayoría es patente. Les damos ánimos a todos e insistimos en que ya les queda poco para la meta...
Cerca de las 20:00 horas cogimos rumbo a la Enrique Mederos pero en vez de situarme en meta con el pase de prensa como tenía previsto en principio preferí seguir con Vane por la calle afotando a los corredores en medio de la Avenida. El gentío era enorme, mucho más de que esperaba..., que buen ambiente y los runners bien que lo agradecían...
Ví entrar a Chucho con Lourdes y los chicos antes de la alfombra naranja de meta y de que los cargara sobre sus hombros como todos los años al cruzarla... El año que viene no se como va a hacer para cogerlos porque ya la prole tiene un tamaño y un peso más que respetable.... Es una de las imágenes más esperada y espectacular de cada edición de Transvulcania.
Tocamos retirada para pasar por la ducha y ver si había ánimos de ver la entrega de premios y a Café Quijano pero el sillón y el cansancio nos ganaron y aquí se acabo la aventura de este año.
Por otro lado está la vertiente social y de gestión de la Transvulcania. Todos los años existen y/o se crea polémica por las más diversas cuestiones, unas de mayor enjundia que otras. Este año no iba a ser menos y las redes sociales son un caldo de cultivo perfecto para propagar al instante cualquier mecha que se encienda...
La bolsa del corredor fue el primer detonante de controversia ya que en su interior se encontraba una monodosis de gofio de origen gomero (no palmero), con el consiguiente desagrado de muchos corredores y palmeros en general. Así apriori parece una metedura de pata por parte del organizador y cuestión que le honra, la consejera de deportes del Cabildo, asumió la culpa como suya. Sin embargo, yo no puedo estar de acuerdo con esta crítica feroz por defender el gofio palmero como santo y seña de la isla. Yo tengo en alta estima a una empresa, sea gomera o de san borondón, que valora a un evento como Transvulcania para ceder su producto y darlo a conocer a corredores foráneos y residentes. ¿Dónde estaban las empresas palmeras de gofio o de cualquier otro producto? aquí no cuento a Aguas de La Palma ni a SPAR La Palma, por ejemplo, que colaboran hace años con Transvulcania. En esta edición colaboró una empresa de mojos. Otros años han colaborado empresas de miel, de plátano, de licores, de repostería,... Por cierto, como campaña publicitaria ha sido más rentable que el gofio de la bolsa del corredor haya sido foráneo (si hubiese sido de aquí nadie hubiera hablado de él), y es que gracias a esta polémica todos hemos nombrado muchísimo al gofio palmero.
El empresariado palmero, con sus excepciones, tiene la insana costumbre de esperar a que te toquen en la puerta y que te pidan colaboración y algo a cambio. La iniciativa brilla por su ausencia y ahora se quejan de la mala imagen para sus marcas el que desde otra isla se promocione un producto que aquí se elabora y comercializa... Espabilen y aprovechen las sinergias que proporciona un evento del calibre de Transvulcania.
Ya en cuestiones de carrera me resulta difícil de entender como hay corredores que no se leen el reglamento con detenimiento. Corredores que no llegan a tiempo a la salida de las diferentes modalidades. Los que se levantan a su hora y acuden antes de la hora límite a la salida no tienen culpa de que haya rezagados o despistados. Como puede ser que aún haya corredores que piensen que en las Deseadas hay comida cuando esta claramente especificado en el reglamento y, hasta en el dorsal, que es un avituallamiento líquido. No lo puedo entender. La Transvulcania no es una carrera de 10 km en asfalto y hay que tener claro que se está preparado para correrla y para entenderla. ha habido algún caso de corredores en el Hospital con problemas para regresar de madrugada a su lugar de hospedaje. En ese aspecto la organización debe poner el esfuerzo en mejorar. Por otro lado las novedades en la zona de salida y meta han sido un acierto total. Para evitar los atascos y atropellos en la salida sería bueno que se valorara el salir por calles en función de palmarés y tiempos. Es complejo decidir el orden de las tandas en la salida pero no existirían las congestiones de corredores que hay en la actualidad. La meta en los Llanos me ha gustado mucho y eso que tenía mis dudas. Pensaba que perdería al prescindir del emplazamiento acogedor de la plaza y el ayuntamiento pero la realidad es que el ambiente fue genial en la Enrique Mederos. La zona de gradas, pantallas, arco de meta y alfombra le conferían una estampa de evento de gran nivel (además seguido por todos los arcos y banderolas de los patrocinadores). Más comodidad y seguridad. Todo un acierto.
Esto son mis opiniones y vivencias... como tal las cuento y por supuesto habrá quien no esté de acuerdo lo cual es muy respetable tanto como la valoración que aquí suscribo.
Sin más ya esperando la edición de Transvulcania 2019 dedicada a la naturaleza.
Galería de imágenes de Transvulcania 2018
Enlace a una imagen que he presentado al concurso #Transvulcania18 Photo Contest
"Dale Me Gusta !!!" :
Condensar en una imagen todo lo que me hace sentir esta prueba no es nada sencillo... Me sobrecoge el Paisaje, el esfuerzo de los Corredores contra si mismos y por alcanzar sus límites, la belleza de los Senderos, la Dureza de los kilómetros de sube y baja, ..., y me conmueven... los gritos, los saludos, los ánimos, los rostros, las sonrisas, las lágrimas, las miles de almas, ..., los sentimientos a flor de piel... Con ganas de sentir Transvulcania 2019 ... (Les recomiendo ver la imagen en grande)
Galería de imágenes de Transvulcania 2018
Como todas las "Transvulcanias", cualquier tema, por pequeño que sea, que afecte a esta prueba se magnifica hasta puntos insospechados. Me repito en mi pensamiento de que los palmeros somos pocos y mal avenidos, con lo nuestro, y los nuestros. Sabemos que este evento sobrepasa nuestras fronteras insulares y llega su eco allende de los mares... Qué organizarlo cuesta lo suyo y no sólo económicamente, qué la parte logística es compleja y que su difusión es permanente todo el año, qué cualquier variación en la prueba tendrá partidarios y detractores, que lo que para mi puede ser bueno para ti puede ser malo... Así que voy con mi opinión...
En lo estrictamente deportivo la #Transvulcania18 generaba dudas en cuanto a la calidad de la participación. Los 3.600 inscritos de 60 y pico nacionalidades estaban garantizados pero las estrellas de trail tenían que elegir entre el mundial de la especialidad en Penyagolosa, (para más inri también en España), Castellón, la propia Transvulcania o descartar ambas por retos posteriores o por lesiones.
Estas dudas se vieron poco a poco disipadas por el incesante anuncio en redes sociales de los cabezas de cartel de la Transvulcania. El mundial contaba con muchas selecciones nacionales con plazas fijas desde hacía tiempo y con plazas de última hora decididas por méritos deportivos, como en el caso de la escuadra española. La propia España era el país con una representación de mayor nivel refrendando los títulos de ediciones anteriores. Con un descomunal Luis Alberto Hernando (mejor corredor de montaña de los últimos años del planeta running), con un inteligente planteamiento de carrera de "nuestro" gomero Cristofer Clemente, y con un séquito de lujo con Pablo Villa y Villalobos, "nuestro" Efrén,... no había ninguna otra selección con potencial similar a la española, más aún con las numerosas bajas de última hora por lesiones en otras selecciones punteras como la francesa..., por ejemplo.
Todas estas piezas de renombre faltaron en el puzzle que conformaba Transvulcania pero la prueba palmera fue capaz de captar a corredores de caché mundialista que antepusieron correr en La Palma a disputar el mundial... En conclusión ambas pruebas salieron perdiendo. El problema parece continuar ya que, muy posiblemente, el año que viene volverá a pasar lo mismo y cada "federación internacional" estará más interesada en poner la zancadilla a la otra y no en que progrese este deporte y quienes lo practican a alto nivel...
La fuerza de Transvulcania radica en el corredor "anónimo" que quiere vivir una experiencia única y singular. Por sus gentes, por sus paisajes, por su dureza y por su belleza... Sólo hay que ver las crónicas personales de muchos de ellos tras disputar la prueba para darse cuenta que es mucho más que una carrera.
Este año quería volver a subir a Las Deseadas, a mitad del recorrido de la Ruta de los Volcanes, y poder contemplar el amanecer desde la cumbre (algo que al menos una vez en la vida hay que hacer). Embullé a Vane (mi compañera del día a día), a que viviera una Transvulcania conmigo y aceptó (gracias a que pudimos colocar a los niños). Espero que en 2019 repita...
El Miércoles previo al kilómetro Vertical probé a subir a media tarde a las Deseadas por la pista del Cabrito y la pista de Cosme ( o Don Cosme, no sé). Con mi Qashqai, tracción delantera, no tenía claro poder llegar a los 1.800 metros de altitud del collado de las Deseadas por una pista de tierra bastante rota y con mucha piedra suelta. Si no lo intentas no lo sabes, me dije. Y con calmita, bien despacito, fui subiendo para no hacer pupa el coche. Hubo un par de tramos malos donde la tracción brillaba por su ausencia pero el Nissan se portó y llegamos al punto "deseado". Eran las seis y media de la tarde, un cielo azul espectacular, 12ºC y una tranquilidad, una paz, que invitaba a cerrar los ojos y respirar el aire puro... Momento relax total.. Aproveche a hacer algunas fotos, no muchas y caminar un poco el sendero (no iba con el calzado adecuado). A la media hora decidí bajar de regreso tras no a ver visto a nadie por esos lares (es raro no encontrarse con un turista haciendo trecking). Momentos así habría que tener más a menudo iba pensando mientras conducía...
Ya el Jueves por la tarde me dirigí a disfrutar del Binter Kilómetro Vertical junto a mi suegro. Siempre me gusta ver la prueba del mirador del Time hacia arriba, dirección a la meta en la Torre. Esta vez aparqué en la cajita de Minaderos y desde ahí caminamos por una pista abandonada hasta el sendero de la prueba. Una vez allí no me convencía la vista para hacer las fotos y comenzamos a subir por el sendero y fue todo un acierto. Llegamos a una zona empinada de verdad dónde más que correr había que escalar. Nos gustó y tocaba esperar a los primeros corredores que ya en ese momento habían tomado la salida.
La vertical me gustó más este año. Supongo que por el sitio que conseguí para verla y porque también había más participantes que en otras ediciones. La tarde, en lo climatológico, comenzó muy agradable pero rápidamente se metió una bruma que no permitía ver el Valle de Aridane, ni el mar , ni el cielo... La sensación de frío iba calando la piel y para colmo antes de terminar de pasar los últimos corredores nos comenzó a llover con ganas... Decidimos bajar por el sendero que utiliza el recorrido de la Transvulcania de la Torre del Time hasta el Mirador, porque la bajada del sendero de la vertical estaba peligroso para un patoso como yo, y lo más importante, con la Nikon en la mano... Cuando me enteré de los vencedores no pensé que hubiesen sido ellos... me dio la sensación que otros runners subían más rápido por la pared empinada en la que estábamos... Es difícil saberlo sin mirar el crono y pendiente de hacer la mejor afoto. La bajada hasta el coche se hizo larga y resbaladiza por la lluvia... Ya sólo pensando en la madrugá del Sábado para volver a subir a Cumbre Vieja.
Son las 3:30 horas del Sábado y el despertador toca diana... Ducha y café rápido, coger todos los bártulos de afotar, de comer, de poner (ropa),... Carretera y manta. Primera parada recoger a mi padre y seguir hacia el Refugio de El Pilar hasta llegar a la pista del Cabrito ya al este de la isla. Allí quedamos con mi cuñado para hacer trasvase de vehículo y poder subir a las Deseadas en 4x4. (más seguro que mi Qashqai sobre todo tras pasar muchos vehículos de la organización horas antes para montar el avituallamiento y el resto de despliegue de medios de seguridad, sanitarios,...). Llegamos primero al cruce y nos recibe una espesa niebla y un chipi chipi que nada bueno presagiaba.. Jose (cuñado), se pasa de largo en la rotonda y es que no se veía ni a un palmo de narices... Cambiamos de montura y los cuatro nos dirigimos a las alturas deseadas...
Llegamos rápido, antes de las 6:00 horas y, por tanto, antes de que los corredores de la ultra tomaran la salida en el Faro de Fuencaliente. Al aparcar el coche ya nos dimos cuenta que las copas de los pinos se movían más de la cuenta. Intentamos bajar y no pasaron 5 segundos ya estábamos de nuevo dentro del jeep. El frío cortaba y el viento era intenso... Aprovechamos a picar "alguito" para estar fuertitos al salir de nuevo. Desde el coche contemplábamos calentitos como las pasaban canutas en el avituallamiento líquido para poner las carpas, mesas, bebidas,..., una odisea. El termómetro marcaba 3ºC y sólo verlo ya daba frío...
Cuando vemos que están apunto de asomar los primeros rayos de luz decidimos ser valientes y subir del collado al pico de las Deseadas por el sendero de la prueba y de la Ruta de los Volcanes. Con linternas, frontales, cámaras, mochilas y bien abrigados (nos hubiera hecho falta aún más abrigo), comenzamos a subir y a sufrir los embates del viento. A mitad se subida y cuando ya dejamos la protección de los pinos se divisa el amanecer con el Teide al fondo. Lograr hacer una foto es misión imposible porque no hay manera de cuadrarse y estarse quieto para disparar... Se hizo lo que se pudo...
Cuando llegamos a la cima sólo estaba el responsable de AEA. Sin un hueco donde esconderse, ni un árbol que amortigüase el vendaval, no fue una espera nada cómoda... Gracias a un licorcito que llevó papá y que calentó nuestros espíritus, que rico estaba. Nos movíamos con dificultad y para acceder a la antena (punto más alto en el hito de las Deseadas), nos las deseamos... pero la vista de los volcanes, el mar de nubes, los rayos de sol, la Caldera al fondo, el valle de Aridane al Oeste,.. era impagable y compensaba el esfuerzo realizado.
Ufff y los corredores, ¿están tardando?, nos decíamos entre nosotros. A esta hora (7:40 h), ya estaban asomando en otras ocasiones... Sabíamos que iban a acumular retraso con respecto a otras ediciones porque el viento no les permitía avanzar con normalidad. Muchos gastaron fuerzas de más que luego hubieran necesitado para terminar mejor la prueba.
Ya con el día claro nos juntamos 7 personas en el pico... Llegaron dos intrépidos corredores que este año veían la prueba desde la barrera (uno desde el Tión y otro, madrileño, desde el Refugio de El Pilar). Justo antes de divisar a los primeros corredores por las coladas negras antes del avituallamiento (ya sin carpas por las rachas de viento huracanadas), apareció Nagi, fotógrafo japonés en gran forma física y con una sonrisa perenne en su cara, al que había conocido en el km Vertical el año pasado, y que venía también desde el Refugio.
Por fin se acercan los primeros espadas..., en la subida se une la dureza del desnivel y las pisadas sobre el picón a las fortísimas rachas de viento que por momentos zarandean a los corredores... Además, el viento aumenta la sensación del intenso frío, y lanza la arena como pequeños misiles en los ojos y en la piel descubierta de los corredores... dantesco !. Para afotar no eran las mejores condiciones ya que muchos primeros planos no me servían al salir los ojos cerrados...
Cody Reed pasaba en cabeza para continuar con la tradición de los runners norteamericanos que salen a saco desde los primeros metros y que, menos en la edición del pasado año con Tim Freriks, nunca les dio resultado al llegar a la meta de los Llanos.
A partir de aquí un rosario de cientos y cientos de corredores..., gritos y fotos sin parar, ellos gastando muchas fuerzas pero la mayoría con una sonrisa en el rostro e incluso dándonos las gracias por subir hasta allí para verlos y animarlos.... increíbles. Llega un momento que ya no siento frío y hasta me olvido del viento, la marea humana te hipnotiza y sólo te concentras en el visor y en captar la mejor imagen posible...
Comenzamos a descender hacia el avituallamiento sin dejar de afotar en ningún momento y buscando distintos encuadres que haga que las fotos no sean monótonas y repetitivas (lo cual no es fácil).
Al llegar al collado me doy cuenta que dos chicos de la Cruz Roja sostienen a un corredor que no puede apoyar una pierna... Me acerco y le pregunto que le ha pasado y me dice que se ha roto, la cara de sufrimiento lo dice todo...
Nos vamos para el coche como tiros para seguir la prueba en otro punto del recorrido y aún quedan por pasar muchísimos corredores a los que no pudimos animar ni afotar... Una pena... al poco de bajar por la pista... Pufffff, pinchazo... (ya me pasó en la Transvulcania Bike, sólo que allí iba sólo). Gracias a Jose se cambió la rueda en un periquete y ya que estábamos parados y eran más de las 10:00 h. decidimos hacer la parada técnica para reponer fuerzas con bocatas y un vasito de vino...
Gracias al retraso que llevaba la cabeza de carrera nos dio tiempo a llegar al Puerto de Tazacorte antes que ellos... Aquí era el calor y el solajero lo que predominaba por lo que el cambio de meteo fue radical. Lo mismo pensarían los corredores. Subimos un poquito el sendero de El Time buscando poder hacer unas fotos decentes y a la vez buscando algo de sombra. A los pocos minutos por la megafonía anuncian que el primer corredor aparece en la parte alta del sendero y esperamos con ansia a ver quien es el afortunado... Cuando llega a nuestra altura va sin cadena..., no puedo verle el dorsal, miro las fotos hechas en la cámara y vualá ! Pere Aurell es el lider, menuda sorpresa, fue mi primera reacción... Luego pasa Dimitry, el ruso, saltando al estilo de una cabra montesa y el tercero era un francés al cual no tenía el placer de conocer ni por referencias (Thibaut Garrivier)... Los americanos a continuación ya mezclados con otros muchos corredores de nivel destacados. Estanislao Rivero es el primer canario
en pasar y antes de aparecer Ida Nilsson me desgañito al ver al bueno de Samu Fernández bajando con una sonrisa de oreja a oreja. Primer palmero de la ultramaratón y el mejor momento de la edición 2018 de Transvulcania. Casi no atino a afotarlo de la emoción y de los gritos pero alguna le pude sacar...
Después de un tiempo largo y ver pasar a los primeros de la maratón fuimos a reponer fuerzas... De ahí de vuelta al barranco de las Angustias a una de las zonas estrechas con una formación geológica peculiar. El goteo de corredores es incesante y el cansancio de la mayoría es patente. Les damos ánimos a todos e insistimos en que ya les queda poco para la meta...
Cerca de las 20:00 horas cogimos rumbo a la Enrique Mederos pero en vez de situarme en meta con el pase de prensa como tenía previsto en principio preferí seguir con Vane por la calle afotando a los corredores en medio de la Avenida. El gentío era enorme, mucho más de que esperaba..., que buen ambiente y los runners bien que lo agradecían...
Ví entrar a Chucho con Lourdes y los chicos antes de la alfombra naranja de meta y de que los cargara sobre sus hombros como todos los años al cruzarla... El año que viene no se como va a hacer para cogerlos porque ya la prole tiene un tamaño y un peso más que respetable.... Es una de las imágenes más esperada y espectacular de cada edición de Transvulcania.
Tocamos retirada para pasar por la ducha y ver si había ánimos de ver la entrega de premios y a Café Quijano pero el sillón y el cansancio nos ganaron y aquí se acabo la aventura de este año.
Por otro lado está la vertiente social y de gestión de la Transvulcania. Todos los años existen y/o se crea polémica por las más diversas cuestiones, unas de mayor enjundia que otras. Este año no iba a ser menos y las redes sociales son un caldo de cultivo perfecto para propagar al instante cualquier mecha que se encienda...
La bolsa del corredor fue el primer detonante de controversia ya que en su interior se encontraba una monodosis de gofio de origen gomero (no palmero), con el consiguiente desagrado de muchos corredores y palmeros en general. Así apriori parece una metedura de pata por parte del organizador y cuestión que le honra, la consejera de deportes del Cabildo, asumió la culpa como suya. Sin embargo, yo no puedo estar de acuerdo con esta crítica feroz por defender el gofio palmero como santo y seña de la isla. Yo tengo en alta estima a una empresa, sea gomera o de san borondón, que valora a un evento como Transvulcania para ceder su producto y darlo a conocer a corredores foráneos y residentes. ¿Dónde estaban las empresas palmeras de gofio o de cualquier otro producto? aquí no cuento a Aguas de La Palma ni a SPAR La Palma, por ejemplo, que colaboran hace años con Transvulcania. En esta edición colaboró una empresa de mojos. Otros años han colaborado empresas de miel, de plátano, de licores, de repostería,... Por cierto, como campaña publicitaria ha sido más rentable que el gofio de la bolsa del corredor haya sido foráneo (si hubiese sido de aquí nadie hubiera hablado de él), y es que gracias a esta polémica todos hemos nombrado muchísimo al gofio palmero.
El empresariado palmero, con sus excepciones, tiene la insana costumbre de esperar a que te toquen en la puerta y que te pidan colaboración y algo a cambio. La iniciativa brilla por su ausencia y ahora se quejan de la mala imagen para sus marcas el que desde otra isla se promocione un producto que aquí se elabora y comercializa... Espabilen y aprovechen las sinergias que proporciona un evento del calibre de Transvulcania.
Ya en cuestiones de carrera me resulta difícil de entender como hay corredores que no se leen el reglamento con detenimiento. Corredores que no llegan a tiempo a la salida de las diferentes modalidades. Los que se levantan a su hora y acuden antes de la hora límite a la salida no tienen culpa de que haya rezagados o despistados. Como puede ser que aún haya corredores que piensen que en las Deseadas hay comida cuando esta claramente especificado en el reglamento y, hasta en el dorsal, que es un avituallamiento líquido. No lo puedo entender. La Transvulcania no es una carrera de 10 km en asfalto y hay que tener claro que se está preparado para correrla y para entenderla. ha habido algún caso de corredores en el Hospital con problemas para regresar de madrugada a su lugar de hospedaje. En ese aspecto la organización debe poner el esfuerzo en mejorar. Por otro lado las novedades en la zona de salida y meta han sido un acierto total. Para evitar los atascos y atropellos en la salida sería bueno que se valorara el salir por calles en función de palmarés y tiempos. Es complejo decidir el orden de las tandas en la salida pero no existirían las congestiones de corredores que hay en la actualidad. La meta en los Llanos me ha gustado mucho y eso que tenía mis dudas. Pensaba que perdería al prescindir del emplazamiento acogedor de la plaza y el ayuntamiento pero la realidad es que el ambiente fue genial en la Enrique Mederos. La zona de gradas, pantallas, arco de meta y alfombra le conferían una estampa de evento de gran nivel (además seguido por todos los arcos y banderolas de los patrocinadores). Más comodidad y seguridad. Todo un acierto.
Esto son mis opiniones y vivencias... como tal las cuento y por supuesto habrá quien no esté de acuerdo lo cual es muy respetable tanto como la valoración que aquí suscribo.
Sin más ya esperando la edición de Transvulcania 2019 dedicada a la naturaleza.
Galería de imágenes de Transvulcania 2018
Enlace a una imagen que he presentado al concurso #Transvulcania18 Photo Contest
"Dale Me Gusta !!!" :
Condensar en una imagen todo lo que me hace sentir esta prueba no es nada sencillo... Me sobrecoge el Paisaje, el esfuerzo de los Corredores contra si mismos y por alcanzar sus límites, la belleza de los Senderos, la Dureza de los kilómetros de sube y baja, ..., y me conmueven... los gritos, los saludos, los ánimos, los rostros, las sonrisas, las lágrimas, las miles de almas, ..., los sentimientos a flor de piel... Con ganas de sentir Transvulcania 2019 ... (Les recomiendo ver la imagen en grande)
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